Por: Elisa Zambrano
Fundadora de Elisa Zambrano – Alta Cosmética Natural y K&H Labs
Nadie nunca nos enseña como cuidarnos la piel. Vamos armando nuestra propia rutina mezclando cosas que hacía nuestra mamá, algunos tips que vimos en una revista, consejos de una vendedora o alguna sugerencia que nos hizo un dermatólogo en alguna consulta.
Aquí te comparto una compilación de los errores más comunes que veo que mis clientas comenten para ayudarte a mejorar tu rutina y a cuidar más efectivamente tu piel.
- No estás cuidando tu flora cutánea. ¿Mi qué? Sí, nuestra piel al igual que nuestro intestino tiene una flora bacteriana, es nuestra primera defensa contra el mundo, no ayuda a evitar acné, infecciones, irritación y resequedad. Nuestras baterías cutáneas viven felizmente en un ambiente ácido (pH 4.5-5.5) por lo que se recomiendan que nuestros productos de skincare estén dentro de este rango. El producto que más daña nuestra flora son los jabones neutros o de barra (ph de 9-10). Necesitamos limpiar la piel con un dermolimpiador suave con pH ácido para que no dañar nuestra microbiota y que la piel no se sienta reseca y restirada después de lavarnos el rostro.
- No te lavas la cara lo suficiente. Si tienes un jabón adecuado no corres el riesgo de resecar tu rostro. Lo ideal es lavarse la cara al despertarse, aunque te la hayas lavado en la noche ya que mientras dormías entras en contacto con sudor, saliva, la sábana etc. También hay que lavarse el rostro antes y después de hacer ejercicio o sudar. Normalmente uno se lava la cara después de hacer ejercicio, pero lo ideal también es hacerlo antes, ya que con el calor y el sudor se abren los poros y pueden entrar impurezas que nos provocan acné o brotes. Finalmente hay que lavar el rostro en la noche, aún si no nos maquillamos para eliminar los restos de bloqueador solar, sudor, polvo y contaminación del ambiente.
- No te desmaquillas completamente. El eliminar las impurezas del rostro le quita trabajo a la piel, y puede dedicar su energía y recursos en regenerarse y mantenerse sana, por eso es tan importante el desmaquillarse todas las noches. Pero es necesario hacerlo de forma completa, es decir si te desmaquillas ya sea con agua micelar, crema, aceite o toallitas siempre hay que lavarnos la cara después para eliminar cualquier rastro de maquillaje o de desmaquillante que haya podido quedar en el rostro. La única excepción a esto son los desmaquillantes oil to milk donde el producto se disuelve al contacto con el agua.
- Te exfolias de manera inadecuada. ¿Cómo puede ser esto? La exfoliación es básica para tener una piel luminosa, pero también para estimular los procesos de regeneración de la piel. Sin embargo, se puede correr el riesgo de sobreexfoliar la piel. Esto sucede si utilizas un producto con más frecuencia de la recomendada, si tiene partículas muy agresivas (como el café o el azúcar en el rostro) o si estás usando varios productos exfoliantes al tiempo por ejemplo- Tónico Exfoliante + Mascarilla Exfoliante + Niacinamida al 10%. Por otro lado, el nunca exfoliar el rostro tampoco es recomendado, ya que nos ayuda a tener poros limpios, a que los activos se absorban mejor y a que nuestra epidermis se renueve mas frecuentemente.
- Aplicas tus productos en un orden incorrecto. Siempre primero hay que empezar con la limpieza. Ya sobre rostro limpio, hay que aplicar los productos de más ligeros a más pesados ¿Qué significa esto? Empezar con tónicos o rocíos, que sean puramente base agua. Luego pasar a los sueros base gel, estos son base agua, pero con una textura más espesa. Una vez que se absorban aplicar sueros cremosos o cremas, estos tienen un porcentaje de agua y un porcentaje de aceite. Posteriormente aplicar sueros de aceite o algún bálsamo (crema 100% base aceite). Finalmente cerrar con tu protector solar. No es necesario tener todos estos pasos, pero si respetar el orden para un mejor aprovechamiento de sus ingredientes activos.
- No te enfocas nutrir tópicamente tu piel. La piel es un órgano con necesidades de vitaminas, minerales, agua y grasas. Al no ser un órgano principal del cuerpo, muchas veces no le llegan suficientes recursos para regenerarse de manera apropiada. Tu skincare no sólo debe tener un aroma y textura agradable, dejarte un efecto mate o tenso, debe ser una fuente nutricional para tu piel, incluyendo vitaminas (ej. A,B3,B5,B7,C,E,K), minerales (ej. calcio, zinc, magnesio, cobre) y ácido grasos (omegas)
- Estás mezclando productos que son incompatibles. Esto puede generar enrojecimiento e irritación o en algunos casos degradación de los activos. Los ingredientes principales con restricción de combinación son los retinoides, no se deben mezclar con Vitamina C (tipo ácido ascórbico), Alfa Hidroxiácidos (AHAs), Ácido Salicílco (BHAs) ni con Peróxido de Benzoilo. No se recomienda combinar Vitamina C (tipo ácido ascórbico) con Niacinamida, Ácidos Exfoliantes (AHAs y BHAs), ni Peróxido de Benzoilo y tampoco Hidroquinona con Ácidos Exfoliantes (AHAs y BHAs), ni Peróxido de Benzoilo. Los puedes usar separados, un producto en la mañana y otro en la noche.
- Aplicas tus productos de skincare solo en el rostro. Sí, no vamos a aplicar toda nuestra rutina costosa y tardada de varios pasos en todo nuestro cuerpo, pero sí hay que procurar cubrir las siguientes zonas: Cuello, Escote, Orejas y Manos. Estas también son zonas delicadas que van mostrando signos de la edad prematuramente. Hay que darles un poco de amor para mantenerlas bonitas.
- No buscas ingredientes específicos para tu tipo de piel. No todos los productos le sirven a todos los tipos de piel y hay ciertos tipos de ingredientes que son claves para ayudar a balancear ciertos tipos de piel. Por ejemplo, la piel grasa se beneficia de utilizar Niacinamida para regular la producción de sebo y de un suero hidratante porque aún cuando es grasa puede faltarle agua. La piel con acné se beneficia del ácido salicílico para limpiar y desbloquear los poros. La piel seca vuelve a la vida con aceites vegetales. Busca qué ingredientes son los que más te van a ayudar a balancear tu piel.
- No usas suficiente protector solar. El protector solar nos ayuda a evitar la degradación del colágeno en nuestra piel. Es importante utilizarlo siempre que sea de día, aún si no estamos expuestos directamente al sol o en días nublados. Se recomienda reaplicar cada 4 horas en tu día a día, cada 2 si estás expuesto directamente al sol y cada hora si estás en la alberca o haciendo ejercicio al aire libre ya que con el agua y el sudor va perdiendo efecto.
Pero más importante no te abrumes con tanta información. Te recomiendo que empieces con calma, con cambios pequeños, mejoras paulatinas, agregando siempre más nutrición a la piel. Conoce mejor tus productos, ve qué contienen, lee sus recomendaciones y observa cómo tu piel se va poniendo más bonita conforme le damos una rutina más adecuada.